Aquí encontrarás un remanso de enseñanza, crecimiento espiritual y paz para ti

COMPARTIR NUESTRAS GANANCIAS.

Un conocido principio metafísico dice: "Será rico aquel que comparte con otros lo que tiene y quien comparte sus ganancias con Dios (Divina Presencia o Yo Supe_rior), descubre la Fuente de todas las riquezas". Al dar un total del 10 %, ya está uno compartiendo lo que tiene con su Dios Interno y con todos los seres humanos, ayudando al progreso espiritual del Planeta y poniéndose "en onda" con la generosidad universal, que es la Ley de la ABUNDANCIA.

DAR Y RECIBIR. Quien recibe, ha de dar, porque si no, tapa y obstruye el canal por donde la abundancia se manifiesta. Todo debe fluir como la corriente de un río, siempre dando para mas poder recibir. No esperes recibir para dar después, pues hay que dar primero sin pensar en recompensa alguna, como cosa natural y normal, para poder entonarse con la Ley Universal de la Abundancia. Todo debe fluir como la corriente de un rlo, siempre dando para poder recibir. Una copa, para ser llenada, debe ser vaciada primero. No esperes recibir para poder entonarse con la Ley Universal de la Abundancia. Cuando compras algo en un comercio, primero tienes que pagarlo y luego se te entrega el articulo; no lo recibes primero y Cuando compras algo en el comercio primero tienes que pagarlo y luego te entregan los artículos no lo recibes primero y después pagas, pues hasta que no canceles en la caja, no se te da tu compra. Así sucede con la Ley Universal de la Abundancia: Dar antes, lo que produce el recibir multiplicado.

La Naturaleza que es la Mano de Dios actuando en el mundo físico, da primero con gran abundancia sin esperar ni pedir nada mas; pero siempre inmensamente para poder cumplir con su continuo fluir y renovar. De cada fruto, salen miles de semillas y cada semilla es un árbol completo, una planta. La naturaleza crea un pero, gato, caballo. De cada uno de esos animales, nacen muchos mas y , a su vez, nunca la especie se extingue. Detrás de la abundancia y como motor de ella, esta la Ley del Amor. Dar sin pensar en recibir, por la satisfacción y gozo que esto produce, viene siendo lo mejor.

Mucho le pedimos a nuestro Dios Interno y a los Maestros Ascendidos que nos ayuden a resolver nuestros problemas y ellos siempre lo hacen sin pedir nada a cambio. Esto nos puede servir de ejemplo. Dar es suficiente con toda Fe y confianza, para corresponder un poco y entonarse con la Ley universal de dar y recibir.

nuestro cuerpo fisico

Todos necesitamos movernos y cambiar de ambiente, ya que nada es estático. Por su misma densidad pesadez, el cuerpo no puede volar en la tierra ha de caminar despacio, por lo cual se le dio piernas y pies. La Suprema Energía Inteligente (que es el ser pensante) lo utiliza para moverse, pero no es el único vehículo de que dispone, sino que tiene otros mas para poder visitar distin_tos planos durante el sueño en la noche, en momentos de meditación y cuando llegue la inevitable "muerte". Así como un viajero nunca se queda en un solo país, la Conciencia Entidad Eterna gusta de visitar otros lugares cercanos lejanos. Esto le es permitido por el Dios. Mientras esta en la Tierra, solo sabe y siente que tiene un cuerpo: el traje de carne; pero en verdad, puede disponer de tres mas: Cuerpo Ejerció, que le da la energía, Cuerpo Emocional con el que siente y Cuerpo Mental con el que piensa. Ha además tres ículos espirituales para altos fines. EN TOTAL, SON SIETE LOS VEHICULOS DEL HOMBRE A LOS QUE LLAMAMOS CUERPOS y cada uno cumple una función determinada.

En la Tierra no hay un solo vehículo con fines de transporte, pues tenemos carros, motos, bicicletas, autobuses, aviones, trenes, helicópteros, barcos, otros. Muchas formas de viajar se encuentran también en el inmenso Cosmos. Al hombree, siendo un ciudadano del espacio, no se le puede negar ninguna oportunidad, siempre que la conquiste la merezca. ES CASA, porque sirve de morada al ser que í vive y utiliza esta vivienda para sus fines; pero las casas pueden ser bien o mal utilizadas, mal o bien cuidadas lo cual conduce a su conservación o su deterioro. Los cuerpos enfermos e imperfectos son como las casas viejas y mal cuidadas que, poco a poco se van acabando. Los cuerpos sanos, que irradian salud, son como los hogares pulcros limpios cuyos moradores viven allí felices, alegres, cumpliendo con las Leyes de Dios.