
Un día, el rabino Azik de Cracovia, que vivía en extrema pobreza soñó que debía hacer un viaje a Praga que debajo del puente que conducia al palacio encontraría un tesoro. Como el sueño se repitió varias veces. Azik partió hacia Praga.
Cuando llegó a la ciudad se dirigió al puente, pero al encontrarlo no se atrevió a excavar en el lugar previsto porque había muchos centinelas vigilando día y noche. Indeciso se quedó rondando durante varias jornadas, hasta que un dia el capitán de los guardianes se acercó para indagar qué quería. El rabino le contó su sueño y el capitán se echo a reir, pues le pareceía una tontería hacer caso de un sueño.
Para demostrarlo, le refirió a su vez el que él mismo había tenido: en la casa de un rabino de Cracovia llamado Azik se ocultaba un tesoro debajo de la estufa. Azik le dió la razón y se despidió de él ràpidamente. En cuanto llegó a su casa, se puso a excavacar debajo de la estufa y justo allí encontró un tesoro.
Cuento de origen Hassídico.