
Los celos envenenan el ambiente y lo hacen irrespirable. Los celosos atormentan y encadenan al ser amado hasta llegar al limite de lo soportable. Al final ellos merecen quedarse solos para aprender a amar de verdad a través de duras experiencias. Un metafísico puede hacer mucho por quienes vivan atrapados en esa condición infeliz aplicando los debidos tratamientos y poniendo luz en las tinieblas.