Los ladrillos de la vida son las decisiones que la persona ha tomado en su existencia. Cada mala decisión indica un mal ladrillo; es una grieta que puede destruir la vida de una persona. Una buena decisión indica un buen ladrillo sobre el cual muchos pisos podrán ser construidos. Sin embargo, ninguna decisión puede bloquear las decisiones de los demás, es decir, ningún ladrillo puede atravesar el terreno de otros. Las decisiones correctas afectan la vida de uno; cuando hay la necesidad de tomar una decisión colectiva, cada opinión se debe llevar en cuenta. Si se aplica el poder de tomar decisiones de una forma precisa, entonces no habrá sufrimientos en la vida del individuo, sino todo lo contrario; será una vida llena de placeres y conquistas.