Fernando Blanco, el hombre que ha saltado a los medios en los últimos días por utilizar un relato falso sobre una posible cura para su hija enferma, fue condenado por la Audiencia Provincial de Palma a cuatro años y diez meses de cárcel por estafar 120.000 euros a la empresa en la que había trabajado previamente. El fallo, de septiembre del año 2000, le condena por apropiación indebida a tres años y por falsedad documental a un año y diez meses, según la sentencia, a la que ha tenido acceso EL PAÍS.