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EL MAL HÁBITO DE REVIVIR EL PASADO.

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Como el ser humano vive en el presente y no tiene nada mas, no viene siendo afortunado el recordar cosas pasadas, que sean desgraciadas o felices, por la siguiente razón: Cuando son buenas y gratas, el rememorar estas cosas trae cierta melancolía, nostalgia y tristeza, cierta añoranza porque ya no pueden disfrutarse esas experiencias nunca mas. Si hay desgracia e infelicidad atrás, el recuerdo revive fuertemente tales situaciones, causando sufrimiento e infelicidad. Donde pones tu atención, eso crece, se energiza y cuando comentas recuerdas hechos desagradables, ellos toman fuerza de nuevo e irrumpen en tu vida de hoy, creando dificultades ¡No permitas que tu mente regrese al pasado te robe la paz! Sucede entonces algo así como cuando tu limpia bien una alfombra; pero luego, el perrito trae huesos, basura del jardín, depositándolos encima. Uno no puede permitir eso, como tampoco, ensuciar su vida presente con cosas ya muertas, tristes y desgraciadas del pasado. Hay que disciplinarse mental y emocionalmente para acabar con los malos hábitos de comentar y recordar lo que paso. En lugar de eso, se debe invocar la LEY DEL PERDON Y LA VIOLETA para disolver, consumir todo lo indeseable que en tu vida paso: penas, traumas y dificultades.

Los recuerdos penosos para nada sirven. Dar demasiada importancia a los problemas y penas personales es orgullo y egoísmo. Comentar, repetir y recordar un pasado doloroso, atrae fuerzas negativas que perturban mucho; pero eso, generalmente, duele la cabeza después de esas conversaciones LAMENTACIONES Y QUEJAS. El hábito de lamentarse resulta muy perjudicial, crea mal ambiente y lleva a eso que llama mala suerte. Nunca vive feliz aquel que tiene la acostumbre de caer en lamentaciones, recriminaciones y quejas. El atrae, continuamente, fuerzas negras, condiciones infortunadas hasta cae, fácilmente en enfermedades. Esto sucede porque tales palabras llevan el germen del resentimiento. La persona resentida nunca es feliz.