Todo ser humano, así sea tan importante y poderoso como un Rey o un Papa, ha de pasar por ese proceso de purificar sus cuerpos internos, su vida y mundo personal, de lo imperfecto, generado por uno mismo en esta vida o en las anteriores. De lo contrario, nunca saldrá de la infelicidad y del sufrimiento ni dejará la rueda de reencarnaciones definitivamente para pasar a niveles superiores.
No hay ni una sola persona en toda la Tierra que no haya creado imperfección con su pensamiento, sus emociones y sus palabras. Cualquier ser humano tiene los
y al mal ejemplo del ambiente exterior. Normal-mente, cada individuo controla la sustancia y la energía por medio de pensamiento-sentimiento, La Energía siempre obedece a su mandato para bien o para mal; pero el buen uso requiere sabiduría y el mal uso, que es lo frecuente.