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El limpiador de océanos

Boyan Slat (Holanda, 1994) se define como inventor desde el mismo momento de su nacimiento. No va desencaminado, pues actualmente está considerado uno de los veinte emprendedores jóvenes más prometedores y está a punto de poner en marcha su principal invento: un sistema de barreras flotantes para limpiar de plástico los mares. Puede parecer un proyecto al filo de lo imposible, pero lo cierto es que Boyan abandonó sus estudios de ingeniería aeroespacial en 2013 para centrarse en esta idea, elegida por la revista «Time» como una de las 25 mejores invenciones de 2015, y hoy The Ocean Cleanup, la compañía que ha creado, cuenta con la financiación necesaria para embarcarse en una empresa cuando menos ambiciosa: liberar de plásticos nuestros océanos. La idea detrás de su proyecto es simple, dejar que las corrientes oceánicas hagan su trabajo. De la misma manera que los cinco grandes basureros flotantes –en el Pacífico y Atlántico Norte, Pacífico y Atlántico Sur e Índico– se han formado en esas zonas porque una corriente en vórtice atrae y concentra como un remolino toneladas de residuos plásticos- Boyan planea desplegar una instalación de pantallas de polietileno de alta densidad en forma de U sujetas con anclas de mar que, impulsada por las corrientes, canalice el plástico flotante hasta un punto central. El plástico «atrapado» puede ser extraído y enviado a tierra para su reciclaje. Segunda vida El promotor del proyecto espera que el sistema se sufrague con la venta de productos creados a partir de los desechos recuperados. ¿Imagina su próximo móvil, gafas de sol, el parachoques de su coche o una silla realizada a partir de plásticos del gran basurero del Pacífico? Pues cada vez está más cerca. Los planes de Boyan son comenzar a extraer plástico de la gran placa de basura del Pacífico o el «séptimo continente» –como tristemente se le conoce–, situado a mitad de camino entre Hawai y Norteamérica, en la primera mitad de 2018. Antes, a finales de este año, empezarán las primeras pruebas del sistema en un lugar no revelado de la costa oeste de Estados Unidos. Los promotores de este proyecto calculan que con esta flota de pantallas podrían limpiar de plásticos esta «isla de basura» en solo cinco años. Un reto nada desdeñable, teniendo en cuenta que al ritmo de consumo y contaminación actual, de aquí a diez años los mares y océanos de nuestro planeta contendrán una tonelada de plásticos por cada tres toneladas de peces, y que en 2050 el peso de los residuos plásticos será superior al peso de todos los peces del planeta. Y es que se calcula que cada año terminan en los océanos del mundo 8 millones de toneladas de residuos plásticos, aunque esta cifra podría aumentar diez veces en la próxima década a menos que la comunidad internacional mejore sus prácticas de gestión de residuos. Esta cantidad podría cubrir 34 veces el área de la isla de Manhattan.

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