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LAS QUEJAS Y EL LLANTO

de los familiares y amigos, atormentan. al que se ido lo atan a lo material por eso de que "si me quieren y me lloran, Como me voy a ir?" y Entonces sufren y se sacrifican creyéndose necesa-rios. Tratan de ayudar pero es muy poco, lo que pueden hacer por no tener ya cuerpo físico ni ser oídos. Los lloros y suplicas al “difunto” son muy egoístas y desconsiderados pues retardan la evolución de quien ha pasado de plano y le impiden ascender de nivel, además de angustiarlo, de hacerlo sufrir inútilmente quien quiera realmente a aquellos que se han ido, debe dejar los Lloros y lamentaciones, la insistencia de recordar con dolor, el vestirse de luto. y así no perturbará la tan necesaria paz ni retrasara quien dice amar tanto.

Hay muchos casos comprobados. de personas que ven a "los difuntos en el hogar antes habitan, haciendo las cosas comunes que solía hacer y se asustan. Es por percepción extrasensorial y facultad de videncia. Otros sueñan que ellos les dicen cosas y sienten que siguen allí