Acepto mi responsabilidad y me alegro de hacerlo. Nunca le he cargado mi responsabilidad a nadie porque eso es perder la libertad, es esclavizarse, es estar a merced de los demás. Sea yo quien sea, soy única y absolutamente responsable. Eso me confiere mucha fuerza. Me da raíces, me centra. Pero el origen de mi responsabilidad es que me amo. Yo también he tenido que pasar por el mismo tipo de explotación de masas. Pero dejé claro, desde el principio, que si me empujaban me negaría a entrar en el cielo. Por voluntad propia estoy dispuesto a ir al infierno. Por lo menos, mantendré mi independencia, será mi elección.